Para triunfar en clase
4 min. de lecturaEntrevistamos a Manuel Jesús Fernández Naranjo, profesor de Ciencias Sociales, autor de un prominente blog que reflexiona sobre la educación, y colaborador de Beneylu Pssst (con dos artículos sobre “Flipped Learning”: uno sobre las consecuencias del método, y otro sobre 4 experiencias relacionadas con el mismo).
1. Metodologías activas y escenarios de aprendizaje
Beneylu Pssst: Hola Manuel, ¡bienvenido de nuevo a Beneylu Pssst! Como docente experimentado, ¿cuáles son los métodos y actividades que mejores resultados dan en tu clase?
Manuel Jesús Fernández: En cuanto a metodología, está claro que las activas. El docente debe planificar y pensar más en qué va a hacer el alumno, y menos en qué va a ser él. Debe convertirse en diseñador de actividades y de escenarios de aprendizaje para su alumnado. De esta forma, usando estas metodologías activas, conseguimos, entre otras cosas, que el alumno pueda aprender haciendo, que aprenda a colaborar y a ser autónomo y responsable, y que su aprendizaje sea mucho más profundo y real. En cuanto a actividades, depende del nivel y de la estrategia utilizada.
En mis clases utilizo en el modelo de Flipped Classroom. Esto me ha permitido usar metodologías activas al vaciar las clases de explicaciones homogéneas (lo mismo para todos), y llenarlas con actividades y aclaraciones puntuales que resuelvan dudas.
De esta forma, el alumno se prepara los temas y los explica, podemos desarrollar debates ordenados sobre los temas que estamos trabajando en el aula y el alumno crea sus propios productos. Todas estas son actividades bastante útiles para el desarrollo del aprendizaje del alumnado.
B. P.: ¿Qué herramientas (digitales o físicas) son indispensables en tu clase?
M. J. F.: La verdad es que no utilizo muchas debido a la mala conectividad de mi centro. Sobre todo, utilizo las herramientas de Google Suite: sites, documentos, presentaciones y formularios con posibilidad de trabajo colaborativo y que puedan ser creados y accesibles para el alumnado. También uso Kahoot para comprobar aprendizajes y plantear dudas, y aplicaciones móviles para crear vídeos, como WeVídeo.
2. Para triunfar en clase
B. P.: ¿Algún consejo infalible para un nuevo profesor?
M. J. F.: Que se centre en el alumnado y no en el currículo.
Que comprenda que los cambios sociales deben traspasarse a la escuela si queremos que esta siga siendo una institución influyente en la formación de los ciudadanos, pero también, y como consecuencia, que utilice metodologías activas, donde el alumno sea protagonista (que se le dé ese protagonismo).
Que no se obsesione con la tecnología y que vaya a su ritmo, porque lo importante del cambio no es la velocidad, sino la decisión.
B. P.: Hablemos de la motivación de los estudiantes. ¿Qué podemos hacer para que los alumnos estén deseando aprender?
M. J. F.: Debemos conseguir que vean que la escuela es algo cercano a sus formas de aprender y relacionarse, y que entiendan que su aprendizaje informal tiene cabida en el aula. Mandar que vean un vídeo de YouTube; o mandarles tareas por correo, Instagram o Twitter, por ejemplo; son cuestiones más cercanas a sus formas de entender el mundo que les motivan más.
Podemos plantearles retos, gamificar algunas actividades, invitarles a participar en su evaluación y en la de los compañeros, o desarrollar actividades muy variadas son siempre buenas ideas para motivarles.
3. La educación que nos espera
B. P.: Tecnología, dispositivos y redes sociales en el aula: ¿más problemas para el profesor, o más oportunidades para educar?
M. J. F.: Son problemas si no se entienden como un nuevo medio de aprendizaje y una oportunidad para motivar al alumnado, o si el docente no tiene una competencia digital adecuada. Desde luego, lo que está claro es que si no aprovechamos desde la escuela estos medios a nuestro alcance, la escuela no será interesante para el alumnado, y la verá como algo anticuado e inútil.
B. P.: ¿Cómo ha cambiado el colegio desde que tú eras estudiante? ¿Cómo crees que será en el futuro?
M. J. F.: Ha pasado mucho tiempo, 35 ó 40 años. Ha variado mucho la cacharrería, pero se mantienen intactas las estructuras organizativas, físicas y curriculares, y las metodologías tradicionales. También ha cambiado mucho la normativa, y esto ha provocado, por una parte, una falta de criterio importante y, por otra, una burocratización de la educación que muchas veces es inabarcable.
Por ejemplo, antes, un docente sabía cómo y qué evaluar, y hoy en día tiene muchas dudas y muchos papeles que rellenar para venir a decir, en definitiva, lo mismo que antes: que el alumno tiene un 5, un 3 o un 8 en tal o cual asignatura.