Aprender a hablar hablando, aprender a escribir escribiendo
5 min. de lecturaPara un niño, aprender a leer y escribir es un reto que no solo lo involucra a él, sino también a su familia y a sus maestros. La pregunta es cómo hacerlo fácil, rápido, atractivo, creativo y que el principal interesado sea el niño.
Hay una serie de factores que debes tomar en cuenta para que el aprendizaje sea efectivo y estos son: factores sensoriales, factores psicológicos, factores psicomotrices,…
El leer debería ser aprendido como el hablar. No es necesario esperarnos hasta que el pequeño esté en preescolar o primaria para que tenga ese contacto con la palabra escrita.
Desde que le leemos a nuestro bebé cuentos, ellos tienen contacto con la palabra escrita, y si realizamos los sonidos que presentan, como el gato dijo ¡miau!, y le mostramos la imagen, ya lo estamos involucrando en el conocimiento de las letras, ¡tan sencillo como eso!
El método global
El método global es así, la palabra acompañada de la imagen para que se vaya comprendiendo el concepto desde el principio.
Por ejemplo, en el aula, colocamos en la silla donde comúnmente se sienta el niño, su foto con su nombre, y tanto el “dueño” de la silla como sus compañeros saben a quién pertenece.
De esta manera, se va fortaleciendo la capacidad de observación: cómo se escribe el nombre, si el mío empieza con la “m” y el de mi compañero también. También utilizamos la comparación: el mío es corto y el de él largo, el mío termina con a, el de él con e.
Como se observa, se busca que tengan relación con el mundo que lo rodea: por ejemplo, las indicaciones de donde están los cuentos, o letreros que digan las reglas de su uso.
Y debido a la cotidianidad de su asistencia al aula, al área de cuentos y un sinfín de oportunidades para observar las letras que conforman las palabras, los niños y niñas aprenden el lenguaje escrito como se aprende el lenguaje oral.
Cada docente y cada familia conoce al actor principal de este proceso, es decir, el niño, por lo tanto la duración y la intensidad de las actividades y ejercicios dependerán de los factores que mencioné con anterioridad.
1,2,3,4… las diferentes etapas
Como todo método, el método global tiene 4 fases. En la primera etapa se les presenta de manera lúdica la palabra con el objeto. Podemos utilizar muchos recursos y actividades, como por ejemplo: lotería, memoramas, línea de vida, fichas con rutinas del día de la escuela, rutinas de actividades en casa, posters con sus pertenencias, estados del tiempo, etc.
En la segunda etapa, empezamos a tener contacto con la grafomotricidad. ¿Qué es esto? Consiste en el movimiento gráfico que hacemos para escribir una palabra. Existen diferentes tipos de ejercicios, para que el niño comience a dominar los movimientos del antebrazo, la muñeca, la mano, y sobre todo, los dedos.
Podemos, en esta etapa, hacer pequeños ejercicios, como por ejemplo copiar la palabra del objeto que está aprendiendo, poner la fecha en el trabajo, o escribir su nombre.
Tercera etapa: identificar las letras de las palabras, observar que juntas forman silabas y que las silabas forman la palabra y que las palabras forman enunciados.
Aquí un ejemplo: Mi nombre es Marcia, con la letra “m”, junto a la “a” dice ma. Si la pongo junto a la “r” dice mar. Con la silaba mar empieza martes, marzo, maravilla, marcador, marca, etc..
Finalmente, la cuarta etapa: fortalecer y practicar tanto en la escuela como en casa, la comprensión lectora de las palabras conocidas que conforman enunciados.
Una forma de fortalecer esto puede ser en escribir pequeños textos, como avisos, recados, invitaciones, o favorecer el hábito lector y escritor. También, para ampliar su vocabulario y sus conocimientos, podemos hacer uso de cuentos, canciones, poemas.
En fin, proponer situaciones que favorezcan la creatividad de los alumnos.
“Se aprende a hablar hablando, se aprende a escribir escribiendo”
¡SUERTE!