Educación vial para la carretera de la vida
9 min. de lecturaHoy quiero presentarles un proyecto educativo creado para aquellos que aman el mundo de la educación o quieren que se aporten ideas frescas para ella.
Creo en las personas que comparten y que intentan aportar ese granito de arena para la mejora de la labor docente. Yo intento hacer lo mismo desde mi blog, donde plasmo mis vivencias en el ámbito educativo.
¿Trabajas por una educación diferente?, ¿te gusta crear y poner en marcha nuevos proyectos educativos?, ¿buscas que tu alumnado sea el protagonista de su propio aprendizaje? ¡Tengo algunas ideas para ti!
¿Qué te parecería trabajar con tus alumnos desde una radio, un programa de televisión, un circuito vial, un huerto, una pequeña biblioteca, unas cámaras fotográficas, unas marionetas o unas olimpiadas escolares?
La educación tiene que estar destinada por y para nuestros alumnos, haciéndolos partícipes de su propio desarrollo aprendizaje y fomentando en ellos un espíritu crítico y reflexivo.
El maestro ha de propiciar situaciones de aprendizaje lo más reales posibles, posibilitando que los alumnos sean capaces de desenvolverse y adquirir destrezas que les puedan ser útiles para la vida.
Es por ello que apuesto por una educación apoyada en proyectos y en recursos lúdico-educativos, donde la premisa fundamental es que el maestro y sus alumnos sean felices.
Pero voy a hablarte sobre un proyecto que realicé hace poco, y que ha sido de mucho éxito con mis alumnos.
En el camino… de la vida
Como la carretera, la vida en sociedad está regida por reglas, que en realidad, puede resumirse en una sola: el respeto a los demás.
Esa es la lección que deben recibir los niños con este proyecto; lección que es impartida por los “maestros” más insospechados, sus compañeros con problemas de actitud y de timidez, convertidos en monitores de tráfico, pero también de vida.
¿Cómo funciona?
La calle consiste en circuitos dibujados en el patio, con pintura o cinta adhesiva. Puedes pedir a tus alumnos que traigan sus bicicletas, o mejor aún, que cada uno haga un “coche de cartón”. Te aseguro, se van a divertir.
Es muy sencillo preparar el proyecto. No necesitas invertir mucho tiempo ni dinero. Lo ideal es preparar un “aula vial”, es decir, un aula dedicada al proyecto, en donde tendrás diferentes áreas temáticas, por ejemplo: un juego de memoria para encontrar el par de la misma señal de tráfico, o un taller para crear su propio carnet de manejo.
También puedes agregar pequeños muñecos de plástico con sus automóviles respectivos, además, de un tapiz con calles dibujadas.
En esta aula, prepararas también a los futuros agentes. Una vez que la formación ha terminado, estarán listos para patrullar la calle.
Los agentes de tráfico encargados de hacer respetar las normas no son los mejores de la clase, los que mejor se portan o los más sociables, sino quienes tienen más dificultades por superar.
Con los respectivos chalecos reflectantes, los agentes orientan y ayudan a sus compañeros que, a su vez, deben haberse ganado el “premio” de utilizar la bicicleta o el coche de cartón; todo esto, demostrando buena actitud y responsabilidad.
Las multas también existen en este proyecto. Si alguien les falta el respeto a ellos u otros niños, por ejemplo. Las multas consisten en la prohibición de utilizar la bicicleta o el coche de cartón. Pero, como de lo que se trata es de educar y mejorar, los sancionados pueden recuperar sus puntos, ayudando a los demás por ejemplo.
Y también en casa
Otro punto positivo de este proyecto, es que los niños se impregnan de las reglas de vialidad, y de la buena actitud a tener cada vez que estamos a bordo de un automóvil. Y esta actitud se ve reflejada, incluso con sus familias.
Los niños incitan a sus familias a utilizar el cinturón de seguridad, a no utilizar el teléfono móvil, a respetar los límites de velocidad, etc…