¿Empezamos por las vocales? Trucos para aprender a leer y escribir
4 min. de lecturaUna de las tareas más bonitas que tiene un maestro, bajo mi punto de vista, es dotar de significado a “unos signos raros” llamados letras. Ver cómo van avanzando por el proceso llenos de expectación y poder alegrarse y enorgullecerse por sus logros es la mejor recompensa. Y si, además, conseguimos inculcarles el gusto por la lectura… ¡genial! No podríamos pedir más.
Esto parece difícil, pero no lo es tanto. Aprender debe ser divertido y no hay mayor diversión para cualquiera que unos buenos juegos. Partiendo de esta premisa, comienza mi tarea como educadora.
Con estas actividades, vamos a ayudar a nuestros alumnos a reconocer, trazar y discriminar vocales, algo vital para aprender a leer y escribir. ¡Todo esto mientras se divierten aprendiendo! Podemos distinguir estas actividades en cuatro pasos distintos, dependiendo de qué aspecto queramos enseñar al alumno.
¡Vamos allá!
1. Presentación de la letra:
Todos nos apoyamos en algún método de lectoescritura cuyo punto de partida es, por lo general, un cuento con un personaje principal asociado a la letra que vamos a trabajar.
Podemos utilizar marionetas, imágenes interactivas, pequeñas representaciones teatrales, el baúl de la imaginación… Con cada cuento, haremos que nuestros alumnos se familiarizen e interesen por cada una de ellas.
Todos los personajes de los cuentos tienen asignados un personaje cuyo nombre empieza por la letra elegida (el panadero P, el pirata Palo Palote…). A la hora de la lectura les resulta difícil separar el personaje del fonema en cuestión. Por eso he creado un “Fonemadario”:
Cada letra tiene asignada una imagen que representa su sonido (por ejemplo: la A es una niña gritando, la H es el enanito mudito, la X dos espadas chocándose…). Crear imágenes asociadas con el fonema reduce el esfuerzo del niño.
2. Trazo de la letra – mayúscula y minúscula:
Una vez terminadas las presentaciones pertinentes, comenzamos con los juegos. Los primeros irán encaminados al aprendizaje de su grafía. Que consigan el trazo y la direccionalidad correcta será nuestro objetivo primordial.
Podemos utilizar muchos soportes distintos para aplicar nuestra metodología:
- Escribimos el trazo de la vocal en grande en el suelo. Deberán caminar o conducir un coche de juguete, siguiendo el camino correcto.
- Lo realizamos con pinchitos siguiendo el orden adecuado.
- Utilizamos un punzón, pegamos gomets o incluso plastilina en el trazo de cada una de ellas.
- Usamos la pizarra (física o digital) y un poco de papel continuo para ir encaminándoles a la escritura en sí misma. Primero repasando la letra que nosotros escribamos y más tarde sin ningún tipo de apoyo.
Pssst… Crear una pequeña frase para que puedan memorizar el recorrido es lo más eficaz, y si hay un apoyo visual, mucho mejor. Por ejemplo con la a: “Subo como me dice la señal, como no puedo pasar (por el muro) doy la vuelta entera, le recojo y le llevo a su casa en un pispás.”
3. Discriminación visual:
Es el momento de ir distinguiendo la letra escogida del resto. Para esto suelo ponerles juegos de dos tipos según el siguiente criterio:
a. Letras sueltas
- Dictado al revés: Se les pide una letra en concreto. En lugar de tener que escribirla, deberán rodear la letra correcta de entre todas las letras que hemos escrito con anterioridad en la pizarra.
- Sopa de letras adaptada: Dentro de una sopa de letras deberán tachar la vocal que se les pide. Además de la discriminación trabajamos también la constancia de los alumnos.
- Juego de la silla: Se colocan por toda la clase las sillas de los niños, y en el respaldo de cada una de ellas se pone una vocal al azar. Mientras suena la música se va colocando en uno de los bolsillos un tapón con una letra. Hasta que no pare la música no podrán ver el tapón, que les llevará a la silla adecuada.
b. Dentro de palabra
- Detective de palabras: Deberán buscar la letra que les pidamos en un texto sencillo, ¡con lupa incluida!
- Cartero por un día: En el caso que nos ocupa, que son las vocales, habrá 5 buzones (uno por cada vocal). Se les repartirá sobres con 1 palabra escrita. Deberán fijarse en la vocal que contiene porque será la pista para dejarlo en el buzón correspondiente.
- A recoger: 2 cajas, una con la vocal que queremos consolidar y otra caja vacia. Se les entregará una serie de palabras, y ellos han de guardarlas en la caja idónea, dependiendo de si estas llevan la vocal o no.
4. Discriminación auditiva:
El último paso de este proceso puede ser el más complicado, pero también, por lo tanto, el más divertido.
El último paso de este proceso puede ser el más complicado, pero también, por lo tanto, el más divertido.
- Aros saltarines: Colocamos unos aros en el suelo y dentro de cada aro escribimos una letra. Ponemos música para moverse por el aula y cuando deje de sonar, decimos en alto una de las vocales. Los alumnos deben buscar el aro que la contenga y saltar en ella.
- Sigue el camino correcto: En cada baldosa del suelo escribo con tiza las letras conocidas, por ejemplo, las 5 vocales (repetimos el número de vocales las veces que sea necesario para cubrir las baldosas). El niño al oír la vocal ha de saltar a la grafía correspondiente.
- La rayuela de letras: Cambiando los números por las letras, recorrerán el camino (en función del equilibrio o con los pies juntos o a la pata coja) diciendo en voz alta el fonema de la grafía en la que se encuentren.
Sólo con estos sencillos pasos la atención del alumno ya está de nuestra parte. El resto es como “coser y cantar”.
Para añadir un recurso tecnológico al proceso de enseñanza-aprendizaje, un compañero y yo creamos una aplicación que engloba todos y cada uno de los pasos expuestos. Es un elemento motivador por excelencia y que permite un aprendizaje autónomo.