Irene Vasco y el amor por la lectura
9 min. de lecturaIrene Vasco es la autora de una treintena de libros, en su mayoría dirigidos a un público joven. Comenzó con una librería infantil hace varios años, donde atendía y aconsejaba a maestros, padres, estudiantes. Cada cliente era un pequeño taller. Pronto la comenzaron a invitar a colegios, donde empezó a divulgar su amor por la lectura.
En sus ratos libres en la librería, escribía y escribía. Su gran pasión es visitar diferentes colegios y comunidades por toda su Colombia natal, animando la lectura e impulsando el amor por los libros.
Según Irene, este trabajo es un proceso lento, aunque muy satisfactorio. Colombia está dando el salto literario. El trabajo de animación de la lectura la lleva desde colegios llenos de estudiantes entusiasmados por las historias, a comunidades indígenas con escaso acceso a la lectura, donde predomina la narrativa oral.
¿Cómo hace para transmitir su amor por la lectura? Irene nos cuenta su método y motivación.
1. Los talleres de lectura de Irene Vasco
Beneylu Pssst: ¿Cómo es el proceso de impulsar la lectura en los talleres?
Irene Vasco: La metodología de cada taller de lectura es diferente según el público. Es importante comenzar conociendo bien a nuestra audiencia. Poco después de empezar, les hago dos preguntas fundamentales: “¿Qué leen ustedes?” y “¿Dónde aprendieron a leer?”.
Esto es importante porque en algunas comunidades solo los más jóvenes hablan castellano, y no existe una gran tradición lectora. Yo no “enseño” a leer, sino que “construyo” desde la base que ellos tienen. Estas preguntas nos ayudan a adaptar el taller y conocer más sobre el contexto de nuestro público.
Siempre comienzo leyéndoles un cuento que he seleccionado, para despertar sus mentes a las historias. Llevo muchos libros álbum a mis talleres. Intento adaptarlos según el público, y les enseño preciosos libros llenos de ilustraciones. Les encantan. Hago una exhibición de libros y los reparto para que los trabajen por grupos. También traigo algunos libros de peor calidad para que puedan contrastarlos. Finalmente, les pregunto qué les gusto más, y qué menos.
Durante los talleres, cuento con varias herramientas: la varita mágica, muñecos cuenta cuentos… ¡y los libros, por supuesto! Tras un taller, siempre les dejo varios libros álbum, para que puedan leer todo lo que quieran. Sin lecturas a nuestro alcance, es difícil cogerle el gusto a leer.
Lleno los talleres de anécdotas relacionadas con la historia. Así los cuentos se acercan más a la realidad. Todo esto lleva a que se lleven buenas memorias de taller y salgan deseando leer más.
Mientras dura el taller, los niños me adoran. Puede que una semana después ni se acuerden de mí, pero en ese momento puedo ver que de verdad sienten la emoción del cuento. De tan emocionados que están me hacen muchas preguntas. Me gustan especialmente las preguntas de los niños más mayores, ya que pueden fomentar diálogos muy profundos.
B.P.: ¿Por qué es importante impulsar la lectura y la escritura?
I.V.: ¿Sabes? Ahora estamos en negociaciones para la paz, pero durante muchos años yo he hecho la promoción lectora en tiempos de guerra. Algunos libros aún son considerados tabú. Los maestros me dicen “no podemos enseñar este libro a los niños”. A menudo, el tema de la guerra en los libros es demasiado cercano a la realidad.
Sin embargo, es precisamente por esto que debemos leer y escribir. La literatura despierta nuestras emociones. Leer ayuda a limpiar las conciencias de guerra. Escribir ayuda a reparar la imaginación. Comunicarnos con historias es lo que nos hace humanos.
2. Una tradición familiar
B.P.: ¿Dónde adquirió el amor por la lectura?
I.V.: De mi mamá. Era cantante, de origen brasileño. Cuando yo era niña, ella comenzó a trabajar en muchos programas infantiles donde narraba cuentos. Mi mamá me hacía leer historias y me llevaba a encuentros de artistas. Para mí, escribir es como un juego desde niña.
B.P.: ¿Cómo era el cole cuando era estudiante?
I.V.: Un horror. Estudié en un liceo francés, que me proporcionó una gran influencia literaria francesa. También me ayudó a interiorizar las buenas reglas de gramática. Sin embargo, siempre lo encontré muy aburrido. Mis profesores eran muy clásicos, y nos hacían analizar las obras en vez de dejarnos disfrutarlas. Si me gusta leer y escribir, es gracias a la influencia que tuve en casa.
En mi opinión, la gramática es importante, pero no puede limitar la creatividad. No hace falta que todo lo que escribimos sea bonito desde el principio. ¡Primero viene la pasión por la escritura, luego la corrección gramática!
3. Transmitir el amor por la lectura
B.P.: ¿Qué podemos hacer para que los niños lean?
I.V.: Les leemos en voz alta, juntos. Puede que a un niño no le guste leer de primeras, pero siempre le gustarán las historias. No hace falta que le obliguemos a leer. En su lugar, le invitamos a la historia. Aunque solo sea 10 minutos al día. Si son mayores, podemos leer las noticias con ellos, y así podrán ser ciudadanos informados. Mira, a mi nieto no le gusta mucho leer, pero todos los días le leo La Odisea, y ambos disfrutamos ese rato. Hay que leer juntos.
B.P.: ¿Cómo nos acompañan los personajes literarios en nuestra vida?
I.V.: Se quedan con nosotros para siempre. Personajes como Superman, Tintín… todos nos enseñan algo importante. A mi uno de los que más me marco fue Robin Hood. A los 12 años me regalaron una edición muy bella de sus aventuras. Para mí, se ha vuelto un referente en la vida.
Además, los personajes son un reflejo de nosotros mismos. Recuerdo un taller que hice con unos jóvenes conflictivos, impulsándoles a escribir. Todos ellos crearon sus propias historias, siempre marcadas con un héroe, un villano y una víctima. Estos chicos, a pesar de todo, son iguales que los demás jóvenes. Ellos también lo piensan: el héroe siempre protege a la víctima del villano. ¿Lo ves? A través de la escritura, podemos reflexionar sobre el bien dentro de nosotros mismos.